La gran diferencia entre la crisis de 2008 y la que sufrimos ahora se llama Plan de Recuperación Europeo. Desde 2008 los ciudadanos fuimos capeando el asunto y aguantando despidos, recortes, pérdida de recursos y crispación social, todo ello sin un horizonte de recuperación claro.

Artículo de opinión publicado en La Verdad, el 15 de octubre del 2020

La Unión Europea sabía que no podía gestionar igual esta crisis que aquella que estuvo a punto de hacer saltar por los aires nuestro proyecto que convierte a la UE en el mejor lugar para vivir. Así lo demuestran las resoluciones del Parlamento Europeo pidiendo un apoyo a la economía y al empleo, la apuesta decidida de la Comisión Europea presentando un proyecto de Plan de Recuperación, y el histórico acuerdo del Consejo Europeo del 21 de julio: aprobar un fondo de 750.000 millones de euros para no dejar atrás a ningún ciudadano europeo.

No todo fue fácil para llegar a este acuerdo, liderado por el Gobierno de España y el presidente Pedro Sánchez, en compañía de los líderes de Francia, Italia, Alemania y Portugal. A las reticencias iniciales de los países denominados frugales, tuvimos que unir la lamentable estrategia de boicoteo del Partido Popular español en las diferentes instituciones, maniobrando para que este nuevo Plan Marshall no llegase a materializarse.

Este Plan marca un antes y un después en el proyecto europeo. Las tres instituciones apostamos por un cambio de modelo productivo para las próximas generaciones, basado en tres pilares: transición ecológica, modernización digital que no deje a ningún ciudadano fuera de los nuevos tiempos, y cohesión social que reduzca las desigualdades entre ciudadanos de la UE.

Dentro de esas tres prioridades europeas, el presidente del Gobierno presentó la semana pasada los diez ejes de actuación sobre los que articularán los más de 140.000 millones que le corresponden a España. Estos fondos no servirán para financiar deudas del pasado, infraestructuras faraónicas, aeropuertos sin uso, auditorios a medio terminar o rotondas en mitad de la nada. La UE tiene claro que quien quiera obtener fondos, debe presentar planes y proyectos que supongan un efectivo cambio en el modelo productivo.

Justo los dos aspectos donde la Región de Murcia más necesita avanzar, tras veinticinco años de modelo basado en el hormigón, el nulo respeto a nuestro medio ambiente, la inexistente modernización digital de nuestra administración autonómica y la inmensa desigualdad social.

Ahora nos toca, como sensatamente y con sentido de Región, expresa nuestro secretario general, Diego Conesa, explicar a los ciudadanos la importancia de esta coyuntura, hacerlos conscientes de esta oportunidad histórica. No vamos a consentir que se pierda este tren hacia el futuro ni tolerar que los lloriqueos lastimeros de nuestros gobernantes regionales nos retrasen, generando falsas expectativas. Trabajaremos, como siempre, en favor de la Región.