El eurodiputado murciano del PSOE, Marcos Ros, coge La Lupa de Metrópolis Daily.

A estas alturas de la vida diplomática, a nadie ya le sorprende la deriva que toman algunos países de nuestro entorno. No es casualidad que hace unos meses Turquía abandonase de forma unilateral su pertenencia al principal tratado internacional de prevención y lucha contra la violencia ejercida hacia las mujeres.

Paradójicamente este tratado es el Convenio de Estambul, redactado en 2011, y que entró en vigor en 2014. Y paradójicamente ha sido Turquía quien primero lo abandona, dada la deriva que han tomado los acontecimientos políticos en este país en los últimos años.

Pero nadie podría pensar que en la reunión de alto nivel que se produjo la pasada semana entre la Unión Europea y Turquía, tuviésemos que contemplar el desplante que sufrió la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Layen, al no disponer de un sillón a la misma altura protocolaria que el presidente de Turquía y el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

Sobre todo, porque hasta llegar al momento de la foto que todos hemos visto, donde la Presidenta de la Comisión queda relegada a un segundo plano de la foto, siendo protocolariamente del mismo nivel que los otros dos, debieron sucederse numerosos filtros diplomáticos.

Con todo ello, lo más sorprendente no es que se llegase a producir la situación, sino que ninguno de los dos hombres allí presentes hiciera nada por denunciarla, por remediarla o por pedir explicaciones.

El Parlamento Europeo ya ha propuesto para su próximo plenario una comparecencia del Presidente del Consejo para que ofrezca una explicación de por qué no se hizo nada, ni antes, ni durante, ni después del incidente. Un presidente que afirma que fue víctima de una trampa, pero sin embargo sabemos que fue incapaz de mover un dedo, durante esos momentos para solucionarla.

Mucho me temo que algunos hombres no han entendido que la lucha por la igualdad real de las mujeres es una lucha de toda la sociedad, que no es cosa de ellas solas y que, o estamos todos en esto, o nunca avanzaremos.