La Nueva España | 24/09/2021

La Nueva Bauhaus es una propuesta multidisciplinar lanzada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en septiembre de 2020 con el fin de mejorar el urbanismo, la arquitectura y la habitabilidad europeas y adaptarlas a las nuevas exigencias medioambientales. El eurodiputado español Marcos Ros Sempere (Murcia, 1974), del grupo de los Socialistas y Demócratas, arquitecto, encabeza un amplio número de parlamentarios de todas las tendencias interesados en seguir de cerca este singular proyecto comunitario. El próximo jueves estará en los Encuentros de Ponga, un foro de reflexión que pretende ser una referencia nacional para debatir sobre los espacios colaborativos.

–¿En qué fase se encuentra la Nueva Bauhaus, el gran reto que pretende combinar diseño, artes, ciencia y tecnología para mejorar nuestros hábitats?

–En contra de lo que es habitual en la UE esta es una propuesta que nace sin diseñar y desde enero de este año se han recogido las opiniones, ideas y soluciones de todos los que han querido opinar sobre ella. Ahora ha llegado el momento de plasmarlo en una propuesta política que la Comisión tendrá que presentar ante el Parlamento Europeo y el Consejo. Se trata de aunar sostenibilidad, belleza e inclusión.

–¿En qué consiste su tarea de seguimiento de este gran proyecto?

–En tres aspectos: uno, promover el debate y facilitar la recogida de opiniones y así he tenido muchas reuniones en España con gobiernos, instituciones, colectivos que han captado enseguida la importancia de la propuesta; en segundo lugar fijar la opinión de nuestro grupo y en julio ya hemos presentado un documento que refleja lo que queremos y hacia donde vamos y, en tercer lugar, promover, mediante una iniciativa informal, un grupo de seguimiento entre los eurodiputados que ha tenido mucho éxito pues ya somos 34 de todos los grupos y ha hemos mantenido reuniones con las dos comisarias encargadas.

–¿Cómo se ha acogido la idea en España un país en el que se construye mucho y no siempre bien?

–En España va muy bien. Somos un país de los más punteros y prestigiosos por nuestra arquitectura, de treinta aspirantes a los premios Nueva Bauhaus, quince son españoles. La respuesta ha sido formidable y prácticamente todas las comunidades y numerosos colectivos están muy interesadas en la idea. En España funcionará sin duda porque es un país muy avanzado en ese terreno.

–¿Afectará a los ciudadanos? ¿Cómo?

–Esa es la clave de todo. O llega a los ciudadanos y lo notan en su vida o no es. Todo nuestro esfuerzo está dirigido a que además de sostenibilidad, es decir adaptación de edificios y entornos al medio ambiente, y belleza, de modo que se construya con estilo, se dé la inclusión, que llegue de verdad a nuestras casas y nuestros entornos que sea un cambio real. Siempre digo que no sea solo un cambio del sistema energético de nuestra vivienda, que lo notemos en nuestros espacios comunes y en el rediseño del entorno.

–¿Financiado cómo?

–Realmente no se trata de un programa con presupuesto propio, sino que tendrá que nutrirse de los fondos que ya existen y principalmente del New Generation EU que está muy bien dotado. Es mas una condición, una forma de afrontar los cambios que va a haber, que una propuesta económica. Aunque ya se han destinado 25 millones de euros al programa de investigación Horizon para estimular acciones y reflexiones en ese terreno.

–Los Encuentros de Ponga ponen el acento en espacios colaborativos y se hablará sobre todo de envejecimiento y salud. ¿Entran dentro de la definición de la Nueva Bauhaus?

–Por supuesto. Es un ejemplo de lo que queremos, que la idea no sea solo grandes ciudades y centros urbanos, que enfoque también lo rural. Y que aborde el problema de la despoblación y del envejecimiento. Ponga es un marco perfecto para debatir, despoblado, aislado y rural. Tenemos que repensar como cuidar a nuestras poblaciones cada vez más envejecidas. La pandemia ha sido un espejo que ha descubierto que esa idea neoliberal de crear residencias donde aparcar personas no funciona. Las fórmulas de cohabitación, de compartir, por ejemplo, entre mayores y estudiantes, están funcionando en otros países y tenemos que pensar en que cada vez viviremos más y que las residencias no son la solución. La inclusión es mejorar nuestro modo de vida. Y estos Encuentros son un marco de reflexión idóneo.