Por la velocidad de las noticias, podría parecer que la Declaración Unilateral de Independencia de Cataluña fue la semana pasada, que el encarcelamiento de sus principales dirigentes hace cuatro días, las elecciones repetidas solamente anteayer, o los intentos fallidos de investidura fueron ayer y esta mañana.

Quizás haya quien piense que la búsqueda imposible del Trabajo Final de Máster de Cifuentes es cosa del telediario de esta misma tarde, o tal vez será mañana cuando el gobierno empiece a desprestigiar, ya puestos, a todo el sistema universitario, con tal de no admitir responsabilidades.

Pero bastará una mirada al calendario para darnos cuenta de que con el desgobierno de Cataluña llevamos casi un año entretenidos, y que este despiste de no saber si fuimos a clases de un máster, lleva casi un mes circulando por radios y periódicos.

Quizás eso sea lo que quieren algunos, especialmente el gobierno nacional, para ocultar que estamos ya en la segunda quincena de abril, seguimos sin presupuesto para 2018, y con un presidente escondido en su chalé de la Moncloa, pertrechado presumiblemente con su puro y su diario Marca.

Mientras tanto, los funcionarios no recibirán una subida salarial y tampoco los pensionistas. Los ciudadanos seguiremos esperando inversiones en infraestructuras, sanidad o educación. Los desempleados ansiarán incentivos a la formación y a la contratación. Y los más desfavorecidos continuarán anhelando mejoras en los subsidios, prestaciones y servicios del estado.

Parece que lo importante no es mirar al futuro o ser responsables con la sociedad. Lo importante es entretenernos con el circo, mirar hacia la arena, y disfrutar del combate catalán, o ver qué cuadriga descarrila primero en la carrera de Cifuentes.