MIGUEL RUBIO | 10/05/2021

El único representante murciano en la Eurocámara lamenta «la falta de visibilidad» en Bruselas y confía en los fondos de la UE «para el cambio de modelo que necesitamos»

Arquitecto, profesor y socialista. Con esos tres términos, y por ese orden, se presenta Marcos Ros Sempere (Murcia, 1974). Con motivo del Día de Europa, que se celebró ayer, el único representante murciano en la Eurocámara lamenta que la Región apenas tenga visibilidad en Bruselas. «No se ha sabido promocionar nuestro potencial y nuestras bondades», afirma. Con el foco puesto en los fondos de recuperación, avisa de que ahora se presenta una oportunidad de oro para abordar «el cambio de modelo que necesitamos». En el gris corazón de Europa, no es el clima de su tierra lo que más añora. «Echo de menos las clases con mis alumnos de la UPCT».

Cumple quince meses en el Parlamento Europeo, pero usted llegó con la legislatura ya iniciada, tras la salida de Reino Unido y la recomposición de la Cámara, ¿le supuso una dificultad añadida a la hora de adaptarse?

–Es como intentar correr para subir a un tren que ya está en marcha y una vez dentro encontrar un asiento libre. Si a eso le sumamos que, a las seis semanas de tomar posesión, se decretaron todos los confinamientos y llevamos más de un año con dificultades para viajar, reunirnos y realizar nuestro trabajo, ha sido un año complicado.

CRISIS SANITARIA: «Si alguien tiene dudas, que se pregunte si estaríamos mejor combatiendo solos la pandemia»

¿Es pronto aún para extraer conclusiones del impacto del ‘Brexit’?

–Las consecuencias se notan ya. Ha servido para que la UE refuerce su proyecto y ofrezca una respuesta unitaria y coordinada a la pandemia. Por el lado británico, su economía ya lo está sufriendo con una merma de exportaciones; incluso ha derivado en un resurgir de las tensiones territoriales entre Irlanda y el Úlster. En lo relativo a los productores españoles, todavía es pronto para medir las consecuencias, aunque sí se está notando una complicación de los procesos de exportación, lo que en una comunidad con una economía tan abierta al exterior como la nuestra resulta algo preocupante.

–¿Su conclusión es que Reino Unido sale peor parado?

–Sufren un aislamiento internacional; van a tener dificultades para viajar, para exportar. Su economía empieza a notarlo.

–¿Augura entonces su vuelta al seno de la UE?

–Existe una buena relación, y la puerta de entrada siempre está abierta. Es difícil, pero no imposible. Tendrá que pasar un tiempo para que las nuevas generaciones decidan que deben regresar.

ARQUITECTURA: «La mayoría de los ciudadanos habitan en edificios que no están adaptados a nuestra forma de vida actual»

–¿Cómo es vista la Región desde el corazón de Europa?

–Lamentablemente hay poca presencia en Bruselas. No ha habido una buena promoción del Gobierno autonómico sobre el potencial y las bondades de la Región. Necesitamos un cambio de modelo, y, aunque suene extraño, esa es nuestra oportunidad.

–¿Cuáles serían esos potenciales?

–Podemos vender hacia fuera un lugar ideal para vivir y trabajar. Nuestro clima puede servir para atraer población. Hay que dar el salto a un turismo de calidad y para todo el año; tenemos que crecer en investigación e innovación, y en industria. Para mejorar la visión de la Región en Bruselas necesitamos un trabajo de largo recorrido en las instituciones. Queda mucho por hacer.

–Y esa es su labor.

–No solo yo. El Gobierno regional debe trabajar en las instituciones europeas, tener más visibilidad y más capacidad de captar fondos, además de apostar por proyectos interregionales.

–Casi 2.000 kilómetros separan Murcia y Bruselas, ¿siente que la lejanía puede ser motivo de desapego hacia las instituciones europeas?

–El desapego no viene por la lejanía física, sino porque no se ha explicado bien la importancia de las decisiones de la UE en los ciudadanos de la Región. El problema más acuciante ahora mismo es la Covid-19 y precisamente la solución que viene por las vacunas se la debemos a la Unión Europea, al igual que los fondos del Plan de Recuperación, que permitirán salir a flote una vez controlada la pandemia. Si alguien tiene dudas, que se pregunte si estaríamos mejor combatiendo la pandemia y sus efectos económicos sin la UE.

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–Sin embargo, otros países han ido por su cuenta y van más adelantados en la inmunización.

–Sin la centralización, tendríamos países en la UE sin dosis suficientes o más caras. Este es un proyecto común; hemos conseguido vacunas suficientes y a un precio razonable, y, además, es un bien público, inalienable e inembargable: nadie, por mucho poder o dinero que tenga, se va a vacunar antes que usted o que yo antes de que nos toque. Aunque hubo fallos al principio, ahora vamos a buen ritmo.

 

«Vamos retrasados»

–Ahora, las miradas están puestas en los fondos para la reconstrucción posCovid. Suenan como un nuevo maná, y todos los proyectos parecen tener cabida. ¿esa confianza podría acabar en decepción si los solicitantes no apuntan en la dirección correcta?

–El Plan de Recuperación Europeo apuesta por tres líneas básicas para cambiar estructuralmente nuestra economía y mejorar la vida de los ciudadanos: transición ecológica, modernización digital y cohesión social. Aquellas instituciones o empresas que no entiendan que estamos ante un cambio de modelo, corren el riesgo de presentar proyectos que no obtengan financiación.

–¿En qué punto de ese cambio de modelo se encuentra Murcia?

–Vamos retrasados, pero eso también es una oportunidad. Si presentamos buenos proyectos, conseguiremos financiación. El problema es quién es capaz de hacer el cambio hacia ese modelo si tenemos a la misma gente de hace veintiséis años aplicando un modelo de relación con el medio ambiente que nada tiene que ver con lo que ahora se pide.

MEDIO AMBIENTE: «En las últimas décadas nadie ha hecho mucho por revertir la degradación de la huerta tradicional»

–La estrategia incluye la denominada ‘ola de renovación de edificios’. Su apuesta es que los beneficios vayan a los ciudadanos y no solo a las empresas, ¿a qué se refiere?

–Es un ambicioso plan para adaptar energéticamente más de 35 millones de edificios en toda la UE. Va a generar una importante movilización de recursos, empleo y beneficios económicos en el sector de la construcción y la rehabilitación. Además, nosotros le pedimos a la Comisión Europea que garantice y vele porque los principales beneficiarios sean los ciudadanos, que vean mejorado el confort de sus viviendas y reducidos sus consumos energéticos.

–En esa línea aparece la llamada nueva Bauhaus Europea, de la que usted es uno de sus impulsores, que aboga por una arquitectura al servicio de la ciudadanía, ¿qué vamos a notar a pie de calle, en nuestros entornos y hogares?

–La mayoría de nosotros habitamos viviendas que se construyeron en la segunda mitad del siglo XX y no están adaptadas a nuestra forma de vida actual. La Nueva Bauhaus Europea va a poner a pensar a los arquitectos y diseñadores en cómo mejorar nuestros hogares incorporando nuevos criterios que las hagan más ecológicas.

–¿No se corre el riesgo de que la Nueva Bauhaus se quede en un mero lavado de cara de edificios y ciudades?

–El riesgo existe. Pero para eso he propuesto la creación de un grupo de diputados que trabajamos junto a la Comisión. A todos nos une la lucha para que esta iniciativa llegue realmente a los ciudadanos, y que percibamos un cambio real en nuestras casas, nuestras calles, nuestras ciudades.

–¿Por ejemplo?

–La arquitectura tiene el poder de cambiar nuestras vidas, pero solo la buena arquitectura puede mejorar nuestras vidas. Podremos sacar a miles de familias de la llamada pobreza energética, por ejemplo. Con todo, sería una pena que empleemos miles de millones de euros y al final solo cambiemos el aire acondicionado. Necesitamos casas que consuman menos, pero también que tengan espacios más amables. El modelo de vivienda y ciudad debe adaptarse a un cambio sociológico y a unos requerimientos ambientales.

 

Nueva Bauhaus

–La Región ya apuesta por soluciones basadas en la naturaleza, ¿qué experiencias puede aportar Murcia a esa estrategia?

–Habría sido interesante que la Región hubiera apostado por desarrollar un proyecto piloto para presentar a la Nueva Bauhaus, y así poder poner en valor soluciones relacionadas con el tratamiento urbano de espacios inundables, captación y reutilización de aguas pluviales en edificios, incorporación de la energía solar y eólica en nuestras viviendas… en definitiva, aprovechar las singulares características climáticas de nuestra zona.

–Como investigador de la UPCT, y también como senderista, conoce al detalle la huerta de Murcia, ¿es reversible la degradación que arrastra?

–El problema de las huertas tradicionales se ha ido fraguando en las últimas décadas, sin que nadie haya hecho mucho por revertirlo, o al menos impedir que siga sucediendo. Pero todavía estamos a tiempo de detener el fenómeno y recuperar parte de su esencia. Una apuesta por evitar nuevas construcciones, concentrar las naves industriales en determinados lugares, recuperar el patrimonio hidráulico y reducir la presión del tráfico, que deben ir acompañadas de una buena gestión de la economía local de los cultivos y la apuesta por la marca de calidad de los productos… pueden ser parte de las medidas que deberían integrar un plan de acción de la huerta.

–El deterioro del Mar Menor es otra mancha, ¿por dónde debería empezar su recuperación?

–Es imprescindible contar con nuestra comunidad científica, que nos dice una y otra vez que lo primero que debemos hacer es eliminar las aportaciones que causan su degradación: nitratos de la agricultura principalmente, pero también residuos urbanos y de la minería. Todo ello requerirá de un cambio de modelo en nuestros sistemas económico y de producción, que deberán hacerse compatibles con la conservación ambiental de la laguna. El Ministerio ya ha anunciado que habrá una importante inyección de fondos del Plan de Recuperación para trabajar en la regeneración del Mar Menor.

–Ciudades como Cartagena han puesto el foco en la recuperación de su patrimonio histórico como base para su crecimiento, ¿es un ejemplo a seguir?

–El patrimonio histórico que atesoran algunas ciudades debe contemplarse como una oportunidad y no como una carga, como entienden algunos. Una buena recuperación patrimonial urbana debe contemplar múltiples aspectos, pero fundamentalmente tres: la rehabilitación del patrimonio y del espacio público urbano, la adaptación a nuevos usos tanto de bloques de viviendas como de grandes edificios patrimoniales vacíos o abandonados y el mantenimiento de la población del centro histórico, con incorporación de nuevos residentes. Cartagena apostó bien por las dos primeras facetas, pero olvidó la dimensión social, expulsó a la población de su centro histórico y hoy todavía tiene dificultades para incorporar residentes al mismo.

–Como miembro de la Comisión de Educación y Cultura, ¿qué valoración hace de la enseñanza en la Región?

–La educación pública en la Región lleva una deriva de años de falta de inversiones, profesorado y directrices para una enseñanza de calidad. Eso a la larga pasa factura y aparecen altos índices de fracaso escolar, abandono y guetificación. La nueva Ley de Educación pretende garantizar la inclusividad y mejorar la calidad de la enseñanza, para revertir estas altas tasas de fracaso y abandono. Lamentablemente, la elección de una consejera negacionista y prejuiciosa de Vox no augura un buen futuro para la educación en la Región. Para los socialistas la educación es prioritaria, por eso como ponente de mi grupo en la Eurocámara para el Espacio Europeo de Educación reivindico una mayor implicación de la UE en el trabajo de reducir las tasas de fracaso y abandono.

Fuente: https://www.laverdad.es/murcia/region-sabido-vender-20210510002007-ntvo.html